Si los vemos aquí parecen muy, pero que muy calladitos. ¿Es difícil creer que sean capaces de hacer ruido?
Parece un grupo de amigos trabajando, concentrados, haciendo cada uno lo que estima que debe hacer.
Cuánto trabajo, cuánta organización, qué buenos son...
Y con el trabajo cooperativo igual. En la clase ni siquiera se nota que hay alumnos. Se escucha hasta el sonido de los lápices cuando se deslizan por el papel....
Hacen sus cuentas -siempre a mano, sin calculadora-, todos con sus reglas -cada uno la suya, nunca se les olvida nunca- y su papel milimetrado.
Y claro entre tanta tranquilidad y silencio es fácil concentrarse y terminar el trabajo...
Aunque... para qué imaginar este silencio absoluto, veamos algunos vídeos...
La que tienen montada en la pizarra es floja. Creo que ya había parado la clase para pedir que no gritasen más unas cinco o seis veces, pero parece que con tanto ruido no me oyeron...
En un ambiente de trabajo tan bien conseguido se puede hasta acabar cantando... claro, eso no molesta a los compañeros, ¿verdad?
Pero claro, siempre podemos estar aún más en silencio...
Principalmente por dos motivos distintos: en primer lugar impedimos que nuestros compañeros se concentren, lo cual es una falta de respeto grande. Por otra parte tengo que aprender a controlar mis impulso, a expresar mis opiniones de una forma adecuada, a no dejarme llevar por las emociones si eso supone hablar a gritos. Tenemos que gestionar nuestros impulsos, que son algo extraordinario, pero que hay que saber gestionar.
Los hombres nos diferenciamos de los animales en que podemos convivir por voluntad de ello. En que tenemos unas normas básicas que no sirven para castigar, sino para vivir más relajados y tranquilos.
Trabajar en grupos cooperativos tiene un componente emocional muy grande, ya que confrontamos nuestras opiniones con los compañeros y siempre queremos que las nuestras sean mejores -que no queremos que los otros tengan razón- pero no tiene más sentido aquello que se grita, sino lo que se razona bien y en su justo tono.
Si esto no os convence pensad en vuestro pobre tutor que lo vais a volver loco.
¿Algo tendremos que hacer, no?
Pero claro, siempre podemos estar aún más en silencio...
¿Por qué es necesario trabajar sin gritar como animales?
Principalmente por dos motivos distintos: en primer lugar impedimos que nuestros compañeros se concentren, lo cual es una falta de respeto grande. Por otra parte tengo que aprender a controlar mis impulso, a expresar mis opiniones de una forma adecuada, a no dejarme llevar por las emociones si eso supone hablar a gritos. Tenemos que gestionar nuestros impulsos, que son algo extraordinario, pero que hay que saber gestionar.
Los hombres nos diferenciamos de los animales en que podemos convivir por voluntad de ello. En que tenemos unas normas básicas que no sirven para castigar, sino para vivir más relajados y tranquilos.
Trabajar en grupos cooperativos tiene un componente emocional muy grande, ya que confrontamos nuestras opiniones con los compañeros y siempre queremos que las nuestras sean mejores -que no queremos que los otros tengan razón- pero no tiene más sentido aquello que se grita, sino lo que se razona bien y en su justo tono.
Si esto no os convence pensad en vuestro pobre tutor que lo vais a volver loco.
¿Algo tendremos que hacer, no?
Bueno, Juanma, si hay mucho ruido pero también hay muchas nueces, no es del todo malo, ¿verdad? Y vosotras y vosotros, tratadnos bien a Juanma, que le queda mucha guerra que dar.
ResponderEliminarTodavía no hay nueces compañero,es pronto, he pensado que tal vez se vean "brotes verdes", pero viendo cómo le ha ido al que lo dijo antes mejor no decir nada...
ResponderEliminarEstoy muy contento con estos chicos, y con los padres y madres también.
http://pufiladygaga.blogspot.com/
ResponderEliminarEsto a pesar del nombre es de actividades de la clase